viernes, 16 de marzo de 2012

Tras otro Explorador Olvidado en San Pedro de Atacama

San Pedro es un oasis de adobe en la altiplanicie de la Puna Andina. Aunque la Puna sube a los 5.000 metros, San Pedro está a unos humildes 2.450, en un valle entre volcanes nevados y salares gigantescos.

 


Hoy en día San Pedro de Atacama está tomado por mochileros, viajeros, hippies, turistas algo snob y moteros colgados como yo y cuenta con una razonable oferta hotelera (cara de cojones por lo que ofrecen, también hay que decirlo) aunque no siempre fue este solaz de paz y misticismo. Hubo un tiempo donde vivir aquí era mucho más duro y extremo. Sin agua casi, con unos vientos huracanados y con temperaturas extremas entre el día y la noche, los volcanes les recordaron durante milenios a los lugareños que la Pachamama es quien manda aquí y que nosotros éramos simples convidados de carne.




Esto fue algo que el padre Le Paige supo ver hace décadas. Este explorador olvidado fue un jesuita belga que dedicó 25 años, hasta su muerte en 1980, a estudiar la historia y cultura atacameña. Él entendió que esta tierra significa una conquista enorme del ser humano, un lugar donde hombre y naturaleza tenían que entenderse por narices.

estatua de Le Paige frente al museo
 Tras ordenarse fue misionero en el Congo Belga hasta 1952, cuando tuvo que irse por problemas con las autoridades civiles (os podéis imaginar lo humanistas que eran los belgas de principio de siglo con los africanos si leísteis los tebeos de Tintín). Lo destinaron a una parroquia en Chile, en Chuquicamata. Aquí le empezó el gusanillo arqueológico a raíz de los paseos por el río Lo que hacía con un parroquiano.
nada racista Tintín, qué va!
Fue un hombre tenaz, cabezón y enormemente humanitario. A la vez que subía a la cima helada de los volcanes buscando enterramientos incas construía escuelas y consultorios médicos. Descubrió docenas de momias heladas, piezas de piedra, madera, cerámica, recreando la cronología de los atacameños desde la Edad de Piedra hasta la Conquista, y se ganó la ciudadanía chilena por méritos propios. Sus hallazgos arqueológicos fueron numerosísimos, tanto que fundó el museo arqueológico atacameño allá por el 57 y hoy en día cuenta con una colección de piezas deliciosa.



La sala del estudio donde trabajaba a destajo en el museo
También contiene muchas momias congeladas que han sido retiradas de la exhibición por respeto a los pueblos indígenas, lo cual me parece perfecto.


Al museo y sus inmediaciones le podéis dedicar tranquilamente una mañana entera. Me llamó poderosamente la atención (homenaje a la Rosa de los Vientos de Onda Cero!) la cantidad de tablitas y canutos que tenían expuestos y que eran usados por los indígenas para meterse cositas por la tocha y entrar en el mundo espiritual…en algunas cosas hemos cambiado poco.
todo por la napia, snif, snif, todo por la nariz

 

Es flipante estar frente a un poncho con figuras de Tiwanaco, la mítica cultura del Titicaca boliviano que dominó estas tierras unos siglos antes que los Incas. Yo no sé a vosotros pero a mí estas cosas hacen que valga la pena cualquier esfuerzo. El museo es una perla, un oasis dentro de otro oasis. Contemplaréis la historia atacameña desde la prehistoria hasta la llegada del tío Sam, pasando por las protociudades y…joder, el Tiwanaco!!! Esnifaréis cositas con los chamanes incas mirando al Sol y haréis sacrificios horribles con cuchillos de sílex más horribles todavía.



A la salida del museo tuvimos la suerte de encontrarnos una comparsa religiosa llamada “de los osos”. Estuvieron durante horas bailando una cancioncilla pegadiza hasta que llegaron a la iglesia principal. No entendí muy bien el rollo, lo cual no me impidió que terminase bailando la musiquilla con ellos e hiciese unas fotos chulas.


Fue todo muy andino, con la chavalada usando bombines de charol y la peña con pañuelos de colorines. Dentro vídeo!


martes, 13 de marzo de 2012

Resumiendo, que llegamos a Atacama y lo grabamos

Os dejo el vídeo de la subida a Atacama desde Salta.
Pensé en ponerle música más íntima, tipo Chambao, pero al final me salió rockero.

  

Que lo disfruten ustedes!


domingo, 11 de marzo de 2012

Tocando el cielo y sus Titanes. Por los Andes hacia Atacama


A Atacama no se debe ir, se debe llegar. Los antiguos lo tenían claro: esto es un viaje iniciático y cada escalón, cada pasito hacia la cumbre tiene un sentido, un propósito.

Coger un avión hasta Calama y subir de jeep a San Pedro es perderse la mitad de la experiencia. Hay que subir desde la pre cordillera, donde la tierra aun es verde y fértil y el agua todavía riega los campos. Sólo subiendo desde los 1259 metros de altitud de Jujuy uno se da cuenta de hacia dónde está yendo.

Son 500 kilómetros muy vivos, pese al desierto. Al comienzo es exuberante, verde y rico. Las curvas el barranco de las aguas que bajan de la cordillera son un gozo. Paisaje bonito que da buen rollo y alegría. Pero tras unos cientos de kilómetros se llega a Purmamarca y el agua empieza a desaparecer. El suelo se convierte en arcilla y los cactus y matorrales dominan. Casitas de adobe y gente bajita con sombrero ancho caminan por el arcén de tierra. Se acaba la fiesta y empezamos a darnos cuenta de que esto va en serio. 

La carretera empieza a exigirnos atención. Las curvas son de 180 grados con gravilla y en una tremenda pendiente. Estamos subiendo al cielo, Susana. Llévame sano y salvo.

Cada vez más alto ya hemos pasado los 3 mil. Hace frío pero se aguanta con la ropa térmica.  Los sorbos de agua del Kamelback atenúan los efectos de la altura algo pero la cabeza cada vez está más torpe y fría. Cuesta un poco respirar y hasta pensar. BMW es la leche. Benditos puños con calefacción.
Llamas pastando a la vera de la carretera

 Son cien kilómetros subiendo curvas, disfrutando y sufriendo mi propia inseguridad al manillar. Susana y yo queremos hacer las paces tras el accidente y este es el único modo. Nos damos otra oportunidad y vale la pena. Llegamos a los 4.000 metros con un frío del carajo y la cabeza no aguantando más por la altura. Cuesta respirar y encontramos el mirador de la Quebrada de Humahuaca, patrimonio de la Humanidad. Como no hay ni petróleo ni minerales por esta zona seguro que lo seguirá siendo durante muchos años.

Primer satori de la jornada. Tengo que detenerme para que Susana y yo disfrutemos de la acojonante vista, del dolor de cabeza y de la primera hostia que la Pachamama nos da hoy.



Tras la quebrada hay un mirador con una placa donde marca la altitud y que es foto obligada para todos. Allí unas señoras con gorrito típico del Altiplano venden artesanía. Me encuentro con una pareja de porteños que están subiendo en bicicleta y que me dicen que estoy loco por hacer esto sólo…mira quién habla!! A mi me parece que los que tienen un par son precisamente ellos. Las señoras me dan hojitas de coca para poder pasar el mal de altura y funciona, joder si funciona. Hay que ponérsela en el lado sin masticarlas. Anestesian y eliminan los dolores…con razón son sagradas para esta gente. Gracias Pedro!
La señora con su bolsita de coca y la ciclista porteña pero de sangre vasca


 

Hemos llegado al valle de los Salares. El agua se acaba y empieza el dominio de la sal. Cientos de km cuadrados antaño mares que por los caprichos tectónicos subieron a esta altura y desaparecieron dejando la sal y otros minerales como testigo. Al gran Salar se llega desde lo lejos y en línea recta. Parece un mar, una laguna donde podemos parar y flipar con la radiación solar que se refleja por todos lados.
La peña que trabaja aquí lleva todo el cuerpo tapado, hasta la cara y se dejan una rendija en las máscaras de trapo que usan. Sería algo siniestro si no hubiese tanto turista alrededor. Venden figuritas de sal y unas empanadas criollas riquísimas por apenas 2 pesitos. Abastezco el estómago y el ánimo antes de continuar. Si tuviese mejor la pierna y unos neumáticos de tacos podría meterme por el salar y perderme un rato. A los que vengáis por aquí y podáis hacerlo, contadme como os fue!!

Continuamos hasta la frontera con Chile en el paso de Jama tomando té de coca y con las hojitas en la boca todo el tiempo. De nuevo 300 km sin gasofa. Ojito porque no había ni en Purmamarca ni en Susques!! Nada desde Jujuy hasta Jama así que llevad un bidón o compraros una Adventure!! Si en Jama no hay nafta tendréis que haceros otros 160 km hasta la 1ª gasolinera chilena…casi ná.



La llegada a los salares chilenos es lo mejor. De repente la línea del horizonte se llena de volcanes con la cumbre nevada. Majestuosos, se ríen de nosotros y de nuestro pasmo. Por muy ateo que uno sea le dan ganas de hacer una ofrenda a estos Titanes. Hay paisajes donde todo es tan bonito, tan impresionante y solitario que la emoción me embarga y lloro de alegría. Los desiertos son lugares de poder y Atacama es un desierto poderoso que nos recuerda cual es exactamente nuestro lugar en la Tierra, sólo hay que querer escucharle.



Por fin aparece el Licancabur, el Titán que manda aquí. Estamos llegando a San Pedro de Atacama y nos franquea el paso en una recta de 50 kilómetros cuesta abajo donde la temperatura pasa de 4 a 25 grados. Han sido 620 km de curvas, frío y emociones fuertes. El que está llegando no es el que salió de Salta sino alguien diferente…y eso es lo que yo secretamente buscaba.

 

martes, 6 de marzo de 2012

Preparando la subida a los Andes. Salta, una joya colonial en Argentina

A Salta, me avisó Carlos, hay que dedicarle un día completo. Menos mal que le hice caso. Salta es la capital de uno de los estados con más historia de Argentina. A medio camino entre los virreinatos del Perú y la Plata, era lugar de paso y defensa estratégica. Aquí tuvieron lugar muchas y sangrientas luchas en la guerra de la independencia entre los realistas y los patriotas. Tan fuerte es la impronta que la ciudad es un museo a los “héroes de la patria”.
La plaza, el obispado y la catedral
La Iglesia Catedral

Lo primero que me chocó fue la mezcla de sangre indígena con española. Los rasgos indios son predominantes y abundan rostros hermosos, como el de la chica que me crucé al salir del hotel y cuya primera impresión fue que era japonesa pero no…era salteña.
Guapísimas niñas salteñas
En la plaza principal, la 9 de Julio, se germinó la ciudad. Planeada a escuadra y cartabón y rodeada de los palacios del cabildo, catedral y obispado, es el corazón de la ciudad y una maravilla arquitectónica. Está sembrada de terrazas donde podéis tomaros un café, un vino torrentés (un vicio mío!) o unas ricas empanadas criollas y deleitaros con la vista y los colores.
Vista de la Plaza y el MAAM desde el Cabildo

Otra cosa que me sorprendió es la cantidad de gente pidiendo, la mayoría indígena. Pasó una cría pidiendo con una camiseta rosa muy sucia llena de Barbies rubias y de ojos azules…joder con el contraste. No sé por qué pero me llamó tristemente la atención.
la chiquilla y su camiseta prometiendo un mundo inalcanzable

En el hotel Colonial, en la misma plaza, me encontré con Fernando Quemada. Fernando es un pedazo de viajero interior y exterior a tiempo completo que con su príncipe Sirius, una África-Twin customizada, está dando la vuelta al mundo. Entre risas, vinos e historias cómplices (eh, Eckart?) me contó aventuras como aquella en que su escolta pakistaní le clavaba el Kalashnikov en las costillas cruzándose Ásia de punta a punta o cuando se encontró con Alicia Sornosa en Australia unos días antes.
Compadre, este post va por ti y por Sirius!

No os perdáis su web porque no tiene desperdicio:
http://www.lavueltaalmundoenmoto.com/
Hotel Colonial. 325 pesos la noche. Recomendable

De entre todos los museos que hay, dos me resultaron fascinantes. Os cuento:
 -Museo Histórico del Norte
Explicación de los diferentes pueblos que habitaron estas tierras desde hace miles de años con una excelente colección de piezas de piedra, vasijas funerarias, monedas españolas y petroglifos!!! A mi estas cosas es que me ponen. Además está en el antiguo cabildo de la ciudad y aquí la historia se respira entre sus muros y dependencias. En los antiguos calabozos hay cepos de madera auténticos (un pequeño guiño a los lectores más gore).
-Museo Arqueológico de Alta Montaña (difícilmente pronunciado MAAM)
La joya de la corona, moderno y didáctico pero en un edificio centenario. Aquí es donde se encuentran las famosas momias congeladas de los niños del volcán Llullaillaco.

En las salas multimedia te ponen los documentales donde explican como las encontraron y rescataron. Se conservaron dramáticamente bien gracias al frío, la falta de oxígeno y la altitud y hoy son mantenidas artificialmente en condiciones parecidas a las de la cima del volcán.
Además de las 3 momias se recuperó el ajuar ceremonial con que fueron sacrificadas y os juro que es todo un privilegio poder ver las ropas, las figuritas, los tocados de plumas blancas, azules, verdes, rojas, en fin los tesoros con que fueron enterradas.

Estos 3 críos (niño, niña y una adolescente) fueron sacrificados en la Capacocha, ceremonia donde eran ungidos por el Inca en Cuzco y después sacrificados en el “cuyo” de origen (Qulla Suyu, la actual Salta, Atacama etc) Era una manera inteligente de mantener la unidad política a través de la religión pues estos niños se suponía que se convertían en dioses y pasaban a ayudar al Inca a gobernar.

No sé si a vosotros os pasaría pero a mí me resultó difícil no impresionarme y angustiarme al ver la momia de la Niña del Rayo. La conservación de ella y de los ajuares es perfecta. Da mucha lástima verla. La superstición que nos lleva a matar a tres críos para ofrecérselos a la Pachamama o a quien carajo se quiera me parece una involución. Menos mal que estamos mejorando aunque nos cueste verlo y estas miserias pasan cada vez menos, felizmente.

La música andina de los vídeos también me emociona. Demasiada belleza y emociones juntas. Tengo muchas ganas de llegar a Atacama.

Yo para ser feliz quiero un camión

La mejor manera de saber que estás en Brasil no es por la lengua, ni por las caipirinhas o la feixoada. Qué va, la manera infalible es contar el número de camiones en la carretera. Si hay más de estos bichos enormes que coches, carros, motos o lo que sea...c´est voilá! estás en Brasil!!


La razón de este despropósito es que en Brasil no hay prácticamente tráfico ferroviario y el transporte de mercancías se hace por carretera. Pero no siempre fue así porque hasta la década de los 50 Brasil tenía, como todo país continental, una nutrida red de trenes. ¿Qué pasó? ¿En qué estaban pensando cuando decidieron desmantelarla e invertir en carreteras y camiones? La respuesta nos la da nuestro amigo JK.

JK, o Juscelino Kubitschek como era también conocido, fue un presidente brasileño que decidió que lo mejor para que Brasil creciese era construir miles de kilómetros de carreteras y abrirse al capital extranjero, allá por 1956. La idea en principio no está mal aunque como todos sabemos el infierno está empedrado de buenas ideas. 
Así que JK se cepilló el sistema ferroviario y facilitó a las montadoras de automóviles y constructoras  que se instalasen en Brasil. Pidió préstamos trillonarios para construir carreteras y una nueva capital, Brasilia. Seguro que nuestros políticos están de acuerdo en que endeudar su país y dejarlo en manos de prestamistas y empresas privadas como hizo JK es la mejor manera de “progresar” y “desarrollarse”. Por eso nos luce el pelo como nos luce y tenemos la impresión de que esta gente no ha cambiado mucho desde hace medio siglo (eh, señor Reagan?)
Brasilia, una joya de la ingeniería en mitad  de la nada

En fin que hasta hoy estamos pagando el pato: cientos de muertos todos los meses por accidentes con camiones, camioneros que se dopan con Redbull (los más sanos) y hasta con crack para poder cumplir con jornadas hercúleas, contaminación y suciedad en todas las carreteras,  tráfico lento y peligroso…Viva el progreso!
Lo peor es que a Susana le ponen los camiones. La veo como los seduce al adelantarlos y como les rompe el corazón al marcharse por la carretera como una Circe sin piedad.
Bueno, hoy me he metido en un jardín medio chungo porque este hombre es idolatrado por muchos. A mi Brasilia me encanta, arquitectónicamente hablando es una maravilla. Lo que no puedo es dejar de acordarme de JK cada vez que un camionero brasileño me los pone de corbata al adelantarme por la izquierda o cuando les revienta una rueda a 100 por hora y el cacho de neumático viene hacia mí dando tumbos. Gracias presidente.